Luna, Luna, Luna, tres veces te afirmo para nunca volver a negarte. Astro celeste y opaco que giro alrededor del sol. Aquí, envuelta entre la poética versada por mis desamores, sola y silente, busco en aquellos versos la escarcha de unas alas que brotaron de mi espalda cuando nació la ilusión de ser suya convirtiéndome en su ángel azul bajo el hechizo de un amanecer.
Luna yo que debía desaparecer al alba, me quedé en sus brazos mientras me recitaba poemas de memoria y sin alma haciendo gala de su capacidad histriónica.
Ángel azul aprendiendo de lo terrenal lo más oscuro. Ángel azul, que perdiste la sonrisa de tu cara de luna y tu mirada tornose triste y opaca. Dejaste que te invadiera la miseria del hombre que te tomó sin respeto alguno, del hombre que hizo de tu piel su abrigo, de tu regazo su lecho y de tu alma un juguete para su ego.
Luna yo que brillaba sin luz propia, me hicieron ángel para iluminar la oscuridad de los pecados capitales de un hombre sin Dios y su amor negado.
Al tercer día de la tercera luna nueva ángel azul se hizo mujer y engendró del amor el fruto sabiendo que sería el final de su estadía en lo mundano y terrenal. Se despojó del rastro de sus alas y como mujer carnal entregó su vientre al divino para que se hiciera su voluntad. Y así fue.
Luna yo que queriendo ser madre me hice mujer para ser campo fértil de la semilla del pecado para dar el fruto y purgar sus penas.
Al caer la noche del ciento onceavo día la mujer agonizaba en brazos del ángel azul cuyas alas se deshicieron en un mar de mentiras a la espera de nueve lunas crecientes para dar a luz al hijo de la luna.
Esta felicidad que ahora me embriaga, no me deja escribir.
Ahora que todo se vuelve rosa y cursi, que mis mañanas se visten de tu sexo y mis noches se desnudan al ritmo de tus latidos y al son de tu respiración profunda, ahora que las tristezas hicieron huelga y que tus manos me cubren todo el tiempo, ahora que no tengo palabras de dolor en mi boca, supiros vacíos y tiempo, ahora que mis pezones se endurecen tan solo con escuchar tu voz, la tele en silencio se vuelve mesa y la mesa se vuelve cama; Y se me han olvidado la prosa la rima y el verso
quedándome tan sólo
el calor de tu vientre enajenando en mi pecho y en cada minuto de mi vida la pasión de tus inagotables besos.
No escurras mi lágrima ni intentes detenerla déjala rodar libre por mi rostro al arrullo de Edith Piaf a dueto con Aznavour en un Paris imaginario de buhardillas solitarias cafetines y post guerra.
Mientras la noche se hace día mientras se ahogaba la voz…
Plus bleu que le bleu de tes yeux Je ne vois que les rêves Que m'apportent tes yeux...
acariciaste mi piel siguiendo con la mirada el mapa estelar que forman en mi espalda blanca diminutas estrellas de anís, chocolate y canela.
Por largo rato en condición devota saboreaste hasta el último de mis deseos llevándome al límite de lo políticamente correcto.
Y en un pas de deux…
on… deux… trois
y allí, desnudos en silencio nos miramos
Que el azul de mis ojos no te engañe s'il vous plaît pues mi vida es gris con delicadas vetas de mar y luna en lo profundo de mis recuerdos.
Estaba cansada debilitada desgastada de escuchar mentiras y seguir callando. de ver en tus ojos el cinismo y esperar que tomaras las riendas de tu vida
Estaba triste por ver el fondo al que caiste sin importarte que al mentir robaste mi fe en ti.
Entonces vacié mi mochila frente a ti saqué una a una las piedras que hacían mi exceso de equipaje.
Te di un abrazo para que te fueras en paz recogí la mesa lavé la loza deshice la cama y me sentí libre al fin.
Puta, Mauro, hicieron falta dos meses para que al fin pudiera llorar... qué mierda, con lo que vos sabés que odio llorar. Se me ponen los ojos chinitos y me duele la cabeza. Pero mierda... hoy... puta madre, hoy te extraño como nunca. No sé por qué, tal vez porque se acerca tu cumpleaños o porque el Cali le ganó al América o porque Chávez volvió a joder a Uribe. No sé. Lo cierto es que hoy me hacés más falta que nunca. O tal vez hoy me di cuenta de que en realidad te moriste, weón. Te me fuiste sin decir ni mierda. Ni un cagado "Adiós" con tilde com te gustaba. Nada. Lo último que guardo tuyo es la conversación en el msn que ni en pedo puedo publicar. Con lo que te emputaba que yo publicara nuestras conversaciones en msn... jajaja No lo haría no más para que no se te destemple la gaita allá en la nube que te tocó.
Hoy estuve mirando unos textos tuyos de puño y letra. Te acordás? Cuando me quedé en tu casa en Placilla. Esa casa chiquitita, pero más acogedora que cualquiera de las casas donde viví en Chile. Era una cajita de fósforos, pero nunca nos faltó el calor a pesar de los 4 grados bajo cero que nos asaltaron ese junio. Vos querías comprar una estufa de gas, pero yo te regalé el calentador de ambiente eléctrico. ¿Cómo putas iba yo a saber que eso era más caro de mantener que la estufita? Para mí la vida siempre fue simple y eléctrica. Nadie me enseñó a ahorrar como vos y nadie me enseñó a ser modesto como vos. Por eso nunca olvido Chile, porque ahí aprendí a ser persona, a vivir de lo poco o nada que había, a rebuscármela y a agradecer lo que recibí.
Hoy me encontré una hoja de cuaderno escrita por vos. Tenía un mapa de Viña, un poema y por detrás el score de "bachillerato". Acá le decimos "Stop" pero vos insististe en decir que era un anglicismo injustificado. Me ganaste por 50 puntos. Así cualquiera. Luego nos fumamos un pito y a vos se te bajó la presión.Por viejito, dijiste, pero yo era un año mayor y nunca me dio eso. Te hice tostadas con mantequilla para subirte los colores al rostro. Creo que Juan se las terminó comiendo.Vos no pudiste levantar la cabeza de la almohada. Te cubrí con la cobija de Aladín... la que vos me prestaste para que no me diera frío. Nunca me dio frío durmiendo con vos. Tu calor era suficiente para ambos.
Y ni hablar de lo demás... eso siempre fue lo de menos.
Te acordás el día que murió Malomo... fuiste vos el que me preparó. No me dijiste que estaba muerto aunque ya lo sabías de sobra. Me dijiste que estaba muy mal, que su hijo lo había llevado al hospital. De inmediato supe que era más grave de lo que vos decías. En la voz se te notó.
Igual que el Jorge cuando me dijo que había pasado algo con vos. Nunca me entero de primera. Mejor. Es una mierda tener que dar la noticia. Prefiero que sean otros los que me la den. El Jorge se puso re mal. En serio. ¿Te acordás cuando hablábamos de quién nos iba a extrañar cuando la pelona nos diera la estocada final? Vos siempre dijiste que a mí me iban a extrañar mucho más... ya ves, no fue así. El Jorge lloró. No me consta, pero sé que lo hizo. Es un buen tipo el Jorge. Y te quería a su manera. Mario me mandó sus condolencias. Me sentí medio viuda. Lo mismo hizo el Quila, Maitencillo y no me acuerdo quién más. Era raro leer sus mensajes. Era como si fuera un chiste. Cantinflesco, como te gustaban a vos. Sentía como si en cualquier momento fueras a aparecer y a cagarte de la risa. Bobadas mías porque vos nunca fuiste de ésos. Vos te escondiste mil veces, pero nunca hacías cagadas con tus clones. Eras miedoso, o leal... no lo sé.
Tu poema:
QUINCE LUCAS
Érase mil veces hombre y su habitación ensombrecida sus ventanas de hormigón y sus sábanas metálicas.
Érase mil veces cigarrillo y sus horarios a medio consumir cenizas antibala\bocanada y artificios evasivos.
Se encadenó al velador para ordenar la señalética de su deshabitación la salida harto de beber ambigüedad.
Érase un televisor florero y un corazón para sartén tibia y peroné y un hombre convertido en artefacto
Si tan sólo hubiera visto la oferta por quince lucas se lleva un calienta camas...
Mauricio Meza, Placilla, Valparaíso, Chile. Junio 11 de 2006.
Así eras vos, incoherente. sólo con tu poesía. Una mierda. Nunca la entendí. Ni siquiera ahora luego de ver la foto en la que aparece el calentador de ambientes. Me costó 30 lucas pero vos dijiste que lo habría podido conseguir por quince.
Después pusiste Claro de Luna y nos abrazamos para dormir...
¿Cómo mirar a los ojos a la persona que se tragó tu acorde completamente erecto en el jardín de una familia bien constituida?
¿Cómo lidiar con todas las mentiras que el camino propone?
Sabés, hay más vidas desnutridas que dólares en mi bolsillo. Sabés, siento que esta noche me vestiré de negro fluorescente y saldré a caminar por los empedrados sortilegios de la ciudad.
A cada paso veré cientos de rostros consumidos: asesinos, parturientas sin hogar, borrachos, niños indigentes, clochards, un par de zapatos sin lustre. Y mientras los mosquitos hacen su trabajo yo penaré al igual que los demacrados del barrio.
¿Cuándo eyacular sobre la melena rubia de la actriz, sin que ella lo note, y cambiar de canal antes que broten nuevas inquietudes? ¿Cómo saber que alguien está acabando sobre uno, justo después del corte comercial?
Jamás lo sabremos, Sueño con Serpientes.
Mañana, al amanecer, regaré mis plantas henchidas de pena y otras sustancias igualmente asquerosas, buscaré en mi saco otro Marlboro y daré mecha a mi vacío en cada bocanada de horrible vida.