Ciempiés
Ciempiés | [C:2015] |
Es la increíble crónica de un monte bajo el manto estrellado de la incomparable biografía de un sendero de herradura remotamente transitado en el inimaginable relato de un ciempiés enroscado.
- ¡Izquier, un, dos, tres, maaaaaaaar! – iba al compás perfecto en medio de la noche.
A su paso las puertas de las casitas sobre la ladera se cerraban y las luces se desvanecían por el murmullo de su andar.
- ¡Atención! ¡Flanco derecho! ¡Ya!
- ¡Paso redoblado! ¡Ya!
Y el ciempiés continuaba su marcha cuesta arriba hasta el claro donde la lluvia fina comenzaba a encharcar.
- ¡Atención! ¡Detenerse! ¡Ya!
- ¡Reunirse! ¡Ya!
Y como si fueran uno los cien pies se fueron enroscando sobre si hasta formar un bloque.
- ¡Atención! ¡Dispersarse! ¡Ya!
Y de pronto cada par de pies tomaron un rumbo distinto cuando comenzó el sonido ensordecedor levantando hasta el último de los pies en tierra.
Y esta es la ignominiosa historia del hombre del fusil al hombro.
- ¡Izquier, un, dos, tres, maaaaaaaar! – iba al compás perfecto en medio de la noche.
A su paso las puertas de las casitas sobre la ladera se cerraban y las luces se desvanecían por el murmullo de su andar.
- ¡Atención! ¡Flanco derecho! ¡Ya!
- ¡Paso redoblado! ¡Ya!
Y el ciempiés continuaba su marcha cuesta arriba hasta el claro donde la lluvia fina comenzaba a encharcar.
- ¡Atención! ¡Detenerse! ¡Ya!
- ¡Reunirse! ¡Ya!
Y como si fueran uno los cien pies se fueron enroscando sobre si hasta formar un bloque.
- ¡Atención! ¡Dispersarse! ¡Ya!
Y de pronto cada par de pies tomaron un rumbo distinto cuando comenzó el sonido ensordecedor levantando hasta el último de los pies en tierra.
Y esta es la ignominiosa historia del hombre del fusil al hombro.