Cazador de sueños

Un día me preguntó: ¿Estás conmigo porque me amas o porque te conformas?
Yo, sin dudar, respondí que lo amaba.
Con el tiempo se fue, me olvidó y la duda nació en mí.


El día se llenó de noche
se calló la mirla
y la luna avergonzada
se vistió de nubes.

Entonces llegó un poeta
que, recitando sus versos,
corrió las cortinas
para abrirle paso
al sol de la mañana.

Con extremo cuidado
acarició mi rostro,
enjugó mis lágrimas,
besó mis párpados,
aspiró el aroma de mi cabello,
recorrió mi cintura,
abrazó mis caderas,
saboreó mi piel,
encendió mi deseo
y cuidó de mí
acogiendo en su alma
al amor,
el amor,
mí amor
ese niño abandonado
de mirada llorosa
y profundos silencios .
Lo acogió en su regazo
como lo hace un padre,
como un guardián de los sueños.

Entonces las flores
se abrieron agradecidas
las archiras
las rosas
las orquídeas
y las hortensias
pintando de aromas
el cerco que rodea la casa
haciéndole reverencias
al todopoderoso.

Al caer de nuevo la tarde
el poeta con atuendo de cazador
sale a buscar en la noche
un ángel caido
que le inspire
un nuevo poema de amor.