El dueñodemiombligo
(Si, a vos...)
El dueñodemiombligo aprendió a dormir de lado para no roncar. Antes del amanecer, bajaba las escaleras despacito para no despertarme, sabe que duermo poco. Usaba el water de abajo por lo mismo, tuntuniento por su propio sueño y sin encender la luz. Hervía agua para su mate y mi café. Le tomaba más de una hora hacerlo todo, porque el tiempo del dueñodemiombligo es más lento que el mío, su pulso y respiración también.
Se asomaba por una rendija para saber si abrí los ojos pero yo los cerraba al sentirle cerca para que creyera que lo hacía bien. Se quedaba en el umbral de la puerta mirándome hasta que no podía contener la risa y el deseo de tenerlo a mi lado.
Comenzaron las lluvias de octubre.
Los días amanecen grises.
Mi tiempo se ha hecho lento, mi pulso y mi respiración también.
Abro los ojos y miro la puerta cerrada.
El dueñodemiombligo ya no viene con mi taza de café.
El dueñodemiombligo aprendió a dormir de lado para no roncar. Antes del amanecer, bajaba las escaleras despacito para no despertarme, sabe que duermo poco. Usaba el water de abajo por lo mismo, tuntuniento por su propio sueño y sin encender la luz. Hervía agua para su mate y mi café. Le tomaba más de una hora hacerlo todo, porque el tiempo del dueñodemiombligo es más lento que el mío, su pulso y respiración también.
Se asomaba por una rendija para saber si abrí los ojos pero yo los cerraba al sentirle cerca para que creyera que lo hacía bien. Se quedaba en el umbral de la puerta mirándome hasta que no podía contener la risa y el deseo de tenerlo a mi lado.
Comenzaron las lluvias de octubre.
Los días amanecen grises.
Mi tiempo se ha hecho lento, mi pulso y mi respiración también.
Abro los ojos y miro la puerta cerrada.
El dueñodemiombligo ya no viene con mi taza de café.